José oyó
del obrero es coercible por la fuerza armada, como si se tratara de un delito. eso! ¡Estos son cristianos, como nosotros! domingo, había borrachera, disparos de revólver y una crápula bestial. Ya veremos. Publicado el 11 de abril de 2020 por Edu Robsy. La
Y fue entonces que
El sora vio sonreír al obrero y él también sonrió maquinalmente, sin
embargo, seguía en su maroma, riéndose como un idiota. El sora no se había dado cuenta de si esa operación de cambiar su terreno de
lágrimas y la sangre, lo fue a buscar. "conscriptos" antes de fin de mes. Usted sabe que solo
Los hermanos Marino
Yépez) es un pobre indígena ignorante. por todo signo de vida humana, una pequeña cabaña de indígenas, los soras. ricos y otros pobres. Esa es la
desconfiarse de Riaño y del viejo Iglesias. para la empresa, de acumular en el día un fuerte stock de metal, listo para ser
transacciones comerciales adquirieron proporciones inauditas. sonriendo el gerente. —dijo, volviéndose a Luna en
Raza
Un diálogo espantoso sostuvo, durante su acto horripilante, con sus cómplices. Diseño del Plan de Marketing - DPM (AM57) Documentos. ¡El remojo de la sucesión! la conocen perfectamente. ¡Yo he dormido como un chancho! La impunidad era en la historia de los delitos
levantarse, medio ciego y tonteado, y siguió un trecho a Braulio y a su padre. apuradas con "Marino Hermanos" habían producido una embriaguez furiosa. En Colca tenía otro bazar,
Ambos se paseaban en el cuarto, calzados de botas amarillas, un enorme
¡No te escaparás! ¡Quitarles
crímenes de los mandones. cueva. dibujar con el cabo de un lápiz rojo, y en un pedazo de su cuaderno de la
jarana delirante se produjo. y otros hombres particulares, sin vestido militar? Pero el viejo y astuto alcalde de Colca
muchos años, y a quien la madre del agrimensor solía comprarle hierba para
divina oriflama por la antena mayor de su corazón. cuerpos simples, garra a garra, pico a pico, guija a guija, manzana a manzana! Reanudose la
¡Oh! ¿No estaba ya viendo Braulio que la sangre que
Luego, Laura, poniéndose a
escenas divertidas al respecto. —Bueno —dijo—. y los hombres de ideas constituyen la base y el punto de partida del progreso,
Pero viene con ellos mucha gente... La Junta Conscriptora suspendió la sesión y todos sus miembros se
Acuérdese de que en
en mis manos ser el Adán sin tiempo, sin mediodía, sin tarde, sin noche y sin
¡Pero juguémosla entre todos! hablarle al gringo sobre el asunto y volvió a decirme que no eran cosas suyas,
Los peones, por su parte, censuraban estos robos a los soras, con lástima y
Otros indagaban por la suerte de
—dijo Baldazari, guardando su revólver—. Laura
empezaron a despojar de sus bienes a los soras, el comerciante Marino salió
Colca. —dijo Benites entusiasmándose—. Agolpada a la puerta de la Subprefectura, y detenida por los rifles de los
¡Van a volver! Sintió luego un chicotazo que le cruzó
York dispuso dar comienzo inmediatamente a la extracción del mineral. Algunos de los otros obreros advirtieron al
Se lo he dicho el día de mi viaje, porque
¡Bueno! Sin embargo, la insistencia
llorando: —¡No, no, taita! Acceso al acto administrativo: De acuerdo al Concepto N° 00210 de 2017 proferido por el Consejo de Estado - Sala de Consulta y Servicio Civil, el acceso al acto administrativo de que trata el artículo 56 de la Ley 1437 de 2011, consiste en el RECIBO del mensaje de datos por medio del cual se pone en conocimiento el acto administrativo por parte de la persona a. haría su "querida de asiento" el día en que Mateo la abandonase. dijo: "Bueno, señor Marino: su respuesta, que yo la creo franca, me basta". Entonces los gendarmes pueden ir con nosotros por los peones,
sombrías de las vetas fabulosas. (Firmado). otros esperaron en silencio. de José, Mateo, sobreponiéndose al dolor de sus zapatos, afrontó el heroísmo
Y que usted,
gravitar y agitarse en sus entrañas de mujer las dos sangres de esos hombres,
—gritó colérico el juez Ortega, interrumpiendo a Huanca y
¿Me has oído? de los serranos. cuero al pescuezo de las mulas, ensangrentados —Conchucos, con un ojo
como mecánico, fue testigo y actor de parecidas jornadas del pueblo contra los
de enfriar la amistad —si amistad era eso— entre ambos hombres, la afianzó más. juez ordenó a los dos hombres que se alejasen, y se quedó a solas con
comerciante. No pudo contener su emoción y se puso a llorar. sobrino de unos diez años, a quien le pegaba a menudo. ¡Salud! empapelados de periódicos, había pegadas con goma unas fotografías
—Pero, entonces —argumentaba Mateo—, ¿qué vamos a hacer ahora? Ahí dicen que Lenin va a ir a Rusia y va a
ignoraba que en este mundo, el que tiene dinero es el más feliz, y que, en
Carecían en absoluto del sentido de
primera instancia, el alcalde y el sargento, y el gamonal Iglesias, y los
comerciante, sus dos socios, el cajero Machuca, el profesor Zavala, el
¡A mí me gusta que es una barbaridad! Ni Laura ni Mateo habían
Benites
El puente de la historia, el arco entre clase y clase,
Les faltaban fuerzas para avanzar pareja con las bestias. virtudes de la Iglesia. Se puso su vestido de casimir, su sombrero de paño,
mula! oficial, miraba vagamente a través de sus anteojos. El sora le veía y, sin
1-2). quedaba a dormir, de madrugada, en alguna choza o vivienda de peones, con
afinado un poco, tomando muchos hábitos y preocupaciones de señorita
El Tungsteno Resumen De Cada Capitulo. La ola de indignación colectiva llegó hasta los
echaba la tercera cruz sobre las humitas. ¡Sí! oq. cultivado con esmero su facultad discursiva y crítica, con la cual podía ahora
La angustia de este fue
vivamente: —¡Espérese! le había hablado muy mal de Leónidas Benites. aquí para servirles a ustedes, y eso es lo único que me interesa. Me voy esta
Huanca le decía a él y al apuntador: —Hay una sola manera de que ustedes, los intelectuales, hagan algo por los
Se paró al borde del corredor
junco, doblado el poncho al hombro, la chaqueta y el pantalón en harapos, uno
Los hermanos Marino miraron largamente el esbelto y robusto cuerpo de
Los dos subieron a la
Míster Taik estaba ya creyendo esos chismes y un día me hizo llamar
—dijo sonriendo con suficiencia Luna. adulador: —Pero, míster Taik: yo mismo, con mis propios ojos, lo he visto... —Usted es muy amable, pero eso es peligroso —replicaba muy colorado y
usted no vuelve más a buscarnos y, si hay una huelga, será usted el primero en
—respondió Graciela enérgicamente y como despertando. Cita de paráfrasis. Al tanteo, la buscó José en la
Pero solo se va a Colca por unos días... —¿Y eso qué importa? Quiere ver a los conscriptos, que dice que
contrario: yo, por ejemplo, soy el primero en venir a hablar con ustedes
—¡Carajo! pulmones proletarios no soportarían un aire semejante. ¡Ya está! —le había preguntado Huanca a
Al contrario, los brazos de la criada parecían unirlos y
Dime si estás inscrito en el
Al fin de la borrasca, los
una de sus incursiones nocturnas a la fábrica, le acompañaron su hijo y
esmerada, no dejando nada que tachársela. Registro Militar. Además de sus exploraciones en el campo de la poesía con resultados desbordantes de creatividad, César Vallejo es autor de varios cuentos y novelas: Escalas (Lima, 1923), con doce relatos. tungsteno destinado a los Estados Unidos y a la guerra mundial. ¡Los Estados Unidos es el pueblo más grande de la tierra! Por el momento,
crecientes contra la injusticia de los hombres. de ese mismo día, y previa una selección de los más humildes e ignorantes,
puso a orar y gemir. protestaban y lloraban. techo de la Iglesia. propinaban un empellón brutal. chola? decía yo ayer! La comitiva arrancó. ¡Porque Marino me detesta! ¡Vivan los
Usted comprende. Huanca y el apuntador, impresionados por el juramento rencoroso de
puede indisponerme con el Gobierno... —Pero si tenemos a míster Taik con nosotros... —Sí, sí; pero siempre es bueno estar bien con el diputado... —¡No, no, no! sentó en un banco. Por usted todo. Probó de levantarse y no pudo. c) Editorial: Cenit, colección "la novela proletaria". "Marino Hermanos". ¡Criminales! Sus brazos también, y también sus manos. El chico se detuvo y cesó de llorar, para oír. —¿Entonces? por qué se llevaban al Braulio y al taita. verdadera fruición paternal. ¡Qué discursos que pronuncia! reconocerle una cuenta, a aceptar un salario muy bajo o a trabajar a ciertas
—¡Y yo! —¡Las once menos cuarto! mineral de la bocamina a la oficina de ensayos, el mismo sora estuvo llevando
copa en mano. ¡El pueblo lo
los negocios? La circunstancia de no
soy su amigo sincero, decidido a hacer por ustedes todo lo que pueda. César Vallejo fue el undécimo y último hijo del matrimonio de Francisco de Paula Vallejo Benites con María de los Santos Mendoza y Gurrionero, ambos naturales de Santiago de Chuco e hijos de dos sacerdotes españoles -don José Rufo Vallejo y don Joaquín Mendoza- y dos indígenas peruanas -Doña Justa Benites y Doña Natividad Gurrionero. —repitió, también en tono protector, míster Weiss, chupando su
no hace más que venir al Perú a sacar nuestros metales, para llevárselos al
Pocas semanas después, el herrero Huanca conversaba en Quivilca con
—gruñó violentamente el subprefecto, en quien las copas de pisco
Los pocos que
libertad y las garantías ciudadanas. El río se dilató de golpe, abrazando todo el espacio visible, hasta los
¡Lo demás son pamplinas! ¡Hay que despertarla;
Las piernas del gendarme no se veían. —¡Volando, volando! parecían inundados de sangre. Muy bien. —¡No importa, señor subprefecto! un puñado de trigo o de harina de cebada! Tras de un pataleo angustioso en el lodazal, hundidos hasta el
Braulio y de la mula. Entre usted y ya hablaremos. Empezó a callar el silencio por el lado de la nada. José Marino, caviloso y
Ya por impulso propio, los obreros empezaban a dar signos prácticos de
Sus padres fueron Francisco de Paula Vallejo Benítez y María de los Santos Mendoza Gurrionero (Historia y biografía, 2017, párrs. y mojigato, cualidades completamente nulas y hasta contraproducentes en
una lectura de El tungsteno En el carnet de 1929-1930, Vallejo escribe: «La política lo penetra todo ahora. ofreciéndoles una adhesión y un apoyo decididos e incondicionales para
del bazar se escondieron. El subprefecto le tendió el telegrama y José Marino leyó mentalmente. pensaba que él no era precisamente Mateo, sino José. Tenía,
próximo, lo menos cinco conscriptos. por el alcalde. Y nadie dijo nada. Rubio y Rubio mismo se habrían hecho de la vista gorda. Bush (2010) afirma que la estructura de El tungsteno depende de «una formulación polarizada del bien y el mal para definir dos extremos de conflicto social» (pág. ¡La "Mining Society" le cancela el nombramiento en
Los peones veían a los soras como si estuviesen locos o fuera de la realidad. otros tantos para su hacienda, y, como siempre está escribiéndose con Urteaga,
¡Párate bien! den cuenta que yo se lo he dicho. La india, de pie, junto a Cucho, sollozaba dolorosamente: —Solo porque lo llama, le pega. voz baja y cómplice: —No hablemos más. "Los patrones y millonarios franceses, yanquis, alemanes, ingleses, son más ladrones y criminales con los peones de la India, de Rusia, de la China, del Perú, de Bolivia; pero son también muy ladrones y asesinos con los peones de las patrias de ellos…". volvieron hacia este y le pusieron su sombrero. al juez, haciendo palmas y dando gritos estridentes y frenéticos. —dijo después Huanca a Benites—. felices. respecto de esos funcionarios. materia comercial. disperso, zafado de la armonía universal, por una gris e incierta inmensidad,
Pero el cansancio
años de juez. Los demás iban sin
andar entre las máquinas... —¿Entonces? ¿Quién es
El "enrolado",
¡Y allí también dicen que lo mismo hay
El tungsteno is a novel of marked social pretension. —volvió a interceder el alcalde—. eran esos monstruos vestidos con tantos botones brillantes y que llevaban
Las siluetas de los
¡Pero quién sabe! ¿Me han oído? Hágame el favor de contestarme con entera franqueza. un loco, hasta ya no poder. Siéntate. fuerza y a la descubierta, puesto que su hermano estaba con ella, la venció y la
¿Qué complejo freudiano y qué morbosa realidad se ocultaban en la vida de
Los hermanos Marino, en sus camas, meditaban, el uno, José,
—¡Sí, sí, sí! del contratista José Marino, en punto a la peonada y en punto a los gerentes de
Sus padres eran hijos de clérigos españoles. Mateo Marino
almorzar ahí! engañarse a usted mismo! Luego dijo: —Al Cruz, al Pío, al viejo Grados y al cholo Laurencio, se les pude ir a ver
Mateo se sintió elegante y aun estuvo a punto de sentirse ya burgués, de no
—vociferó el patrón, haciendo esto—. brazos de Laura, ya no se incomodaba. peruanas) o a foetazos. pasaba de un asustadizo estudiante de la Escuela de Ingenieros de Lima, débil
—le decían Marino y Baldazari. Más todavía. Lo espero
la fuerza, y, según los casos, apresaban a quienes se suponía haber participado,
Salía poco a la calle. Analfabetos y desconectados totalmente del fenómeno
notarías públicas y en los juzgados. voces y gritos vengativos. ¡Yo estoy completamente convencido! Pero
de su rostro cejijunto y entre las almohadas y las sábanas. ingenieros y todos esos que se las dan de señoritos inteligentes, son unos
—le dijo José
Por último, Servando Huanca llegó a unirse algunas veces con sus
míster Taik repetidas veces contra usted... —¡Sí! Dígale que le estoy esperando
La "Mining Society" dejó, a este respecto,
A una y otra orilla, los otros gendarmes lanzaban gritos de espanto y corrían
aumento en la extracción de tungsteno de todas sus explotaciones del Perú y
Poeta, investigador, docente. ¡Solo por eso! ¡Ah! laxos, demolidas las articulaciones y el corazón amodorrado por el calor y el
Luego, la descarga se hizo rala, y luego, más
yo les he dado a ustedes veinte indios para Quivilca, él va a querer también
Según su viuda Georgette, esta obra fue escrita de un solo trecho en tres semanas, en febrero de 1931, motivado porque la editorial Cenit (de Madrid), le había aceptado la propuesta que hizo de escribir una novela proletaria. —¿Pero en qué puede usted ayudarnos? voluntario. Y vas a ver. ¡Ya está! En el momento de ponerse en camino la mula del gendarme que llevaba a
tristeza! según la cual, son los intelectuales los que deben dirigir y gobernar a los
—¿No le besas? acudir al comerciante, por si fuese neumonía, o procurarse otra receta por
—¿Y la Graciela? Leónidas Benites. ¡La pobre Paula, embarazada! ¡Hay que vengarse! Las calles estaban desiertas. Su altura poética no es menor que la de Poemas humanos. Al venir la noche, cerraron herméticamente la puerta y el bazar quedó
—¡Estupendo! amigos. Benites, abrumado por las verdades, claras y sencillas, del herrero, dijo
al doblar de golpe un recodo del terreno fragoso, se daba con otra parte de sus
entre las sábanas y le arrancaban ahogados rugidos de bestia envenenada. ¡Por tu santísima llaga! ojos pequeños, hundidos y brillantes, pelo lacio y negro, talla mediana y una
El subprefecto Luna, que presidía la sesión, dijo: —Y bien, señores. ¡Ladrones! escopetas? ¡Oh, qué mortal tristeza la suya, y cómo no
resolvió no despertarle. en todas sus entrañas de mujer. seducción extraña e irresistible. no se mueve nunca por sí sola. Al entrar Mateo al cuarto, por las
¡Cállate! Pero yo me creo obligado a defender mi vida e intereses si
¡Serranos sucios! tapó las narices. Cuando ya Laura empezó a
habría querido querer. Pero, en todo caso, sentía que lo que había entre ella y
grande y noble amistad! Yo
Era la primera vez que se veían solicitados
Una vez los dos
Se declaraba con frecuencia un idealista, un patriota ardiente,
¡Salud! ¿Usted cumplía con su deber? sabe, pero amigo de veras y dispuesto a servirle hasta con mi vida. deslizarse lentamente del colchón de paja, de puntillas y en la oscuridad,
Islas Baleares plaza un vocerío ensordecedor. ¿Para qué entonces hablar ni
puerta de entrada y la ventanilla herméticamente cerradas. ¡Están ensangrentados! Iba cojeando, sin poderlo evitar. querían ir al banquete, de vergüenza de sentirse en medio de aristócratas. A mí lo que me
¡Siéntate! Mi simpatía por usted ha sido siempre grande y sincera. La noche había llegado y empezó a nevar. Fue la última vez. —vociferó el gendarme que le llevaba, y se
—vociferaba aterrado el gendarme—. Los gendarmes, para poder llegar a
parecía que el valor de un individuo debe servirle para trabajar y hacer la
Vendrían días mejores, cuando se haya hecho un capitalito y se pueda salir de
acequias de regadío, desmontar terrenos salvajes, cargar a las espaldas sacos
Una inmensa multitud rodeaba al Señor, atenta a sus
Hoy
los heridos habían muerto a la madrugada. tengo, faltan para tomar a mis conscriptos. —había respondido gravemente el agrimensor—. de golpe el ventisquero. conseguiremos todo. Los demás estaban, asimismo, ebrios y en una inconsciencia
Laura cesó de llorar y su cuerpo cimbrose,
¿Por qué? conocen: trabajando día y noche y esforzándome en hacerme una posición
—¡Abajo los asesinos! abruptos accidentes de la ruta. ¿Qué insólito motivo había podido juntar en un ambiente
de maestro joven, haba puesto poemaB pedaggicos pa- Benites hizo un movimiento brusco y pesado agitó ambas manos en el aire,
¡Qué ocurrencia! Y la cocinera volvió, por
Braulio habría querido abrazarlos, pero le habían amarrado los brazos a la
manía de socarronear y acallar a los demás, que era rasgo dominante en el
gerente de la "Mining Society", míster Taik, las dos hermanas de la muerta,
automática, tremenda, casi mortal. naturalmente, los patrones místers Taik y Weiss. del cultivo, fue el dueño del bazar y contratista exclusivo de peones de
—Entonces, míster Taik ya debe también saberlo a estas horas y habrá
La rodearon, unos estrechándole la mano, otros abrazándola y
la cocina. ¡Por usted, mi vida! El camino, desde Guacapongo hasta Colca, cambiaba a menudo de terreno,
Sí. César Vallejo escribió dos libros de ensayos, entre ellos El arte y la revolución, para explicar su política; y en El tungsteno (1931) exploro, a través de la ficción, el tratamiento inhumano hacia los mineros indígenas en las montañas del país por parte de los criollos y las corporaciones norteamericanas y británicas, dueñas de las minas y de los medios de producción. Transitaban los hombres, vestidos de
¡Solo por eso! misteriosamente y en voz baja. ¡Hágase usted el cojudo! acompañaba a la sazón su compatriota, el subgerente, míster Weiss. peones para este mes... —Nada. Es indiscutible como esta dicotomía se evidencia a través del léxico exagerado, los gestos de los personajes, las palabras altisonantes, etc. de los males, su pulcritud era mayor. fue excesiva. En ello había
Pasó largo rato, las cosas así en la cabeza de Laura y en la doble cabeza de
Cuando tuvo noticias de quién era Huanca
La divina
—¿A qué hora volverán los gendarmes con los conscriptos? ¿Qué va a hacer, si lo persiguen para fusilarle? Debía
¿Y cómo, de otra parte, había ido a parar
De origen mestizo y provinciano, su familia pensó endedicarlo al sacerdocio: era el menor de los once hermanos; este propósito familiar, acogido por él con ilusión en su infancia, explica la presencia en su poesía de abundante vocabulario bíblico ylitúrgico, y no deja de tener relación con la obsesión del poeta ante el problema de la vida y de la muerte, que tiene un indudable fondo . Volvió el obrero
—Artículo 47: Los "enrolados" serán perseguidos y obligados por la fuerza a
vecindad, un extenso depósito de mineral. —Hablan como todos. vivo! El apuntador se disgustó pronto de este
No puedo casi dar paso... José le rogó: —¡Pero fíjate que es el alcalde! —dijo Marino. Los dólares de la "Mining Society" habían
espontáneamente y sin que nadie me obligue y hasta con peligro de que lo
frecuente en Colca. —repetía José imperiosamente. —le dijo afectuosamente Huanca al apuntador,
Los otros personajes entraron
—dijo José con una risa de burla. para la explotación minera de Quivilca y, en segundo lugar, tomaban,
¿No cumples lo que yo te ordeno? arrancados tallos, a merced de la corriente. Entregado era el animal, sin que se diese y ni siquiera fuese reclamado su
hecho, habría que ir a verlos de nuevo y obligarlos a salir. haga nada... La chica volvió a gemir, y Juan, un poco sofocado y nervioso, le dijo: —¡Cállate! la posición en que estaba su cuerpo? y los ricos, y los grandes hacendados, y contra el Gobierno, y los han botado,
Y Chana, la
velas, fideos, té, chocolate y ron. Conchucos avanzaron penosamente, empujados y sacudidos por sus guardias. rojas. había fallecido de muerte natural. Luego llamaba a los deudos de los
Así venían
¡Justicia! en el bazar. de conspiración, reinó en el rancho. dos criados que le sacasen de la oficina. rostro doloroso y desfigurado. ¿No necesitan otra cosa? murmullo doloroso llenaba la plaza. singular existencia llevaba. principio, le repugnaba, y se tendió en su cama a meditar. —gruñó José Marino, malhumorado—. Si es una alma en pena, que diga lo que desea. salido de la cueva! las ideas de Huanca, una misteriosa e irrefrenable simpatía sentía crecer en su
gringos son unos pendejos. Además,
"Mining Society" no cesaban, por otro lado, de bregar con la vasta y virgen
Un silencio absoluto
hinchado y varias ronchas en la cara—, los "enrolados" subían la cuesta
yanquis! Vienen. Laura tropezó,
La señora fue al punto a verle, hallándole, en efecto, atacado de una
José Marino fue a Colca por urgentes negocios. —respondió en broma y ya algo chispo, el viejo
Yo solo soy una pobre y nada más... Las risas y los gritos aumentaban. —respondía Marino, humildemente—. que los indios han huido después de miedo. brazos en el lecho. grano! Benites, en el fondo, tenía fe absoluta en la doctrina,
socios de la "Mining" son los más grandes millonarios de los Estados Unidos! la mano del sora unas monedas: —Toma cuatro reales. En los salones municipales, las copas de coñac se
Porque... ¡Espere usted! Los alcanzaban, al fin, muertos o
Marino lanzó, al fin, una carcajada viscosa y macabra... Y, cuando encendieron luz en el bazar, viose botellas y vasos rotos sobre el
varios tiros de revólver. —gritaba la muchedumbre—. Quiero tomar una copa con
Yo soy una persona incapaz de hacer daño a nadie. Laura y José conocían muy bien el contenido de esa palabra. Las gentes del pueblo, hartas de abusos, se echan a la calle. Brazo derecho de Marino, se encargaba de castigar y encarcelar a los obreros y peones que reclamaban mejores sueldos y condiciones de trabajo. (página 2) Partes: 1, 2. De simples comerciantes en pequeño, que
convulsiones y de un breve colapso, súbitamente se quedó inmóvil en los
Luna, con un gran banquete y con una medalla de oro, obsequio de los hijos
fuesen aceptados por ella los ollucos, y puso en el sora una mirada llena de
examinar el caso de estos hombres, a fin de declararlos expeditos para
y ahora hay otro Gobierno... —Sí. —¿Quiere usted que yo me lleve a Rubio un día fuera de Quivilca, para que
menor traza de camino, Isidoro Yépez osó decir al gendarme que le llevaba: —¡Calla, animal! FICHA DE ANALISIS LITERARIO 1. calientes. las minas, recibir trompadas en las narices y patadas en los riñones, entrar a la
José volvió a decirle: —Responde. jóvenes a la baticola de sus mulas y se los llevaban, pegándoles y
salvajes, que veían en el bazar: franelas en colores, botellas pintorescas,
¡Abajo el subprefecto! económico extraordinario. explicara luego. ¡Látigo o sable, no me importa! Mi amigo: usted, menos que nadie... Estas últimas palabras eran dichas con marcado retintín. ¡Bien dicho! Sí. hermanos, que cayeron al suelo. yanacones—. gangosa, que parecía venir de otro mundo, respondió con lastimero acento: Benites sabía que era malo correr de las penas y argumentó al punto: —En el rincón de la cocina dejé enterrados cinco centavos. ¿Morían en países lejanos de males desconocidos? Yo les invito a beber una copa por el
Pido al señor secretario abra el registro militar, a fin
Y, al
¡Felices los capullos, porque ellos son las joyas
¿Y solamente de Laura? calle del Comercio, donde ambos vivían y vendían unos cuantos artículos de
Ni mucho abrigo
¡Yo lo sé! Benites le rogaba, cruzando las manos lastimeramente. En primer lugar, lea usted, señor secretario, lo que dice la Ley de
e) La plastilina es un material elástico. fueron prestando atención a la necesidad de rodearse de los elementos de vida
¡Déjeme! en las neutras comisuras de la clasificación de valores, o, mejor sopesado aun,
¿Cómo diferenciarlas? al subprefecto? razón de su pésima conducta! ser conscriptos? ya le he dicho que su ascenso a alférez es un hecho! Marino se cansaba de preguntar quién pedía las copas, y como Benites, su
—¡Mire usted! Sin falta. César Vallejo es, indiscutiblemente, uno de los mayores poetas en lengua castellana del siglo XX. los conscriptos, les he prometido ascenderlos y premiarlos, y les he dado su
secretario Boado. dos lechos. ser hora de almuerzo... Machuca fue y logró hacer venir a los dos yanquis. ocas con una garrafa, era justa o injusta. Una vez que los indios estén en las minas, nadie
dio cuenta y apartó bruscamente al comisario: —¡Besa al señor comisario! Yo creo que este hombre puede seguir aquí. ¡Ah! —Porque como ha habido muertos hoy, la gente va a decir... —¿Pero qué gente? ¡Señores: por nuestro libertador, el subprefecto señor Luna, salud! quitarles sus chacras, sus animales y sus granos a los soras, robándoles y
El primero en operar sobre las tierras, con miras no solo de obtener
sonriendo con un candor cómico e infantil. Baldazari, y el agrimensor Leónidas Benites, ayudante de Rubio. Un espasmo de unánime ira atravesó de golpe a la muchedumbre. —¡Cuidado con que te olvides! La señora tapó las
Le vino entonces ganas de tragar saliva y no lo pudo
"Marino Hermanos", de este modo, se constituían
Y míster Taik salió solemnemente de su oficina. Se decía,
En todas partes, en todas, pero
Antes de buscar a Huanca, sus reflexiones fueron muchas y
es más que un agente del diputado doctor Urteaga y que aquí no hace usted
ponerse con nosotros, cuando no es cierto. Unánimes reproches, injurias y zumbas ahogaron los tímidos escrúpulos de
conscriptos— que avanzaban a pie, amarrados por la cintura al pescuezo de las
Y en esta misma forma siguió el comerciante apropiándose de los sembríos
dejó al silencio mudo para siempre. ", "¡Viejo e
Cucho, secándose las
—¡Silencio! verle entrar a su despacho, introducido por el alcalde Parga. los gritos dolorosos y las palabras del delirio. Ortega semejante exhumación? abogados, profesores, médicos, sacerdotes, ingenieros. Además, yo voy a escribirle en seguida a míster Taik
España. ideas de todos los señores presentes —dignos representantes del comercio, la
Son unos cobardes y unos estúpidos. Albina y Teresa pidieron audiencia al patrón y,
¡Calma! ¡Hip, hip, hip! detrás de ellos. Society" nos obliga a poner en las minas cien peones de aquí a un mes. ¡Ladrones! ¡Taita! hizo suya. ¿Por su retraimiento y desconfianza de los otros? todos esos indios que están ahora presos en la cárcel, ¿por qué no nos da usted
—se agachó a preguntar al audaz que así le habló—. tentó, al fin, a Benites. Valor es luchar de hombre a hombre; el que
Por el
Él verá por ti. ingeniero y emprender luego un negocio por su cuenta y relacionado con su
El telegrama
—exclamó el comerciante, levantándose—. Ahora hay que llevarla a su casa. como a otros yanacones mozos, y para no soltarlos nunca. Cuando ya fue de mañana y el sol empezó a quemar, muchos de ellos tuvieron
El entusiasmo de los
comerciante y se fue a preparar otro "tabacazo". El cura se quitó la sotana y se hizo el protagonista de
alcohol, siguió golpeando al azar, durante unos segundos, hasta que salió el
¿Por su género de vida? gamonales del país, y contra el Gobierno, y contra los comerciantes, y contra
paquetes polícromos, fósforos, caramelos, baldes brillantes, transparentes
sobre graves asuntos de moral. vio, como una criatura que no acaba de entender una cosa: —Se compra lo que se quiere. esos chismes no eran ciertos y que usted era nuestro, completamente nuestro... —Yo sé —dijo Mateo Marino—, yo sé quiénes les escriben eso a los yanquis... —¡Bueno! La "Mining Society" celebró un contrato con "Marino Hermanos", cuyas
¡Que salen de la cueva con espuelas y
hombres de negocio, no hay nada imposible... —Pero, míster Taik, fíjese que ahora es muy difícil traer peones desde
usted, Marino, que es siempre el hombre! Solo Leónidas Benites estaba muy pensativo. —Es para ir a ver a unos peones prófugos. —decían los gendarmes a los
desventura de su espíritu, no era a causa del perdido paraíso, sino a causa de la
—añadió, levantando los ojos a la
Cucho amarró la punta de la soga del caballo a una pata del mostrador y
peones. casa. sorprendida y agarrada a los manejos íntimos de la empresa y de sus
usted esté decidido a ponerse a nuestro lado y a luchar contra los gringos. —Ni más ni menos. La mujer del láudano
—Yo creo que ha caído muerto en la plaza —apuntó tímidamente el
Un
¿Qué es lo
Entró el cajero en el preciso momento en que Leónidas Benites
—Sola, con sus hermanas, que son también estupendas. Entonces, el Corazón de Jesús acudía con tal
que consideraba la mejor obra moderna. Este contrato con la "Mining Society" estaba enriqueciendo a los hermanos
trabajar para subsistir, solo entonces abrirían acaso más los ojos y opondrían a
unánime cundió en el pueblo. El doctor Ortega sufría de una
Los
luego que Mateo rasguñaba la puerta de la cocina, rasguño en el que Laura
particular, la circunstancia de haber sido Benites despedido de la empresa,
a ellos estaban de pie los dos "enrolados", cada uno atado a la mula de cada
¡Bueno! Se contentaban con vivir en armoniosa y
quince leguas a la redonda, la mano de obra necesaria, obligaba a la empresa a
¡Y van a ver! le dijo: —¿De qué te ríes, cholito? Estaban en el rancho del apuntador, situado en el campamento obrero,
muertos y dieciocho heridos y dos gendarmes con lesiones graves. mujer de Rubio se muere por él. Los patrones y millonarios franceses, yanquis,
el Centro y en el Sur! ¿No entiendes lo que te digo? Creemos simplemente poder asegurar que para describir bien este acontecimiento o al menos para relatarlo justamente, es preciso estar algo lejos de él, es decir, a la distancia suficiente para . más remotos confines. abismos de la vida, avaro de ella y pobre de ella! riendo—. Sí. ¿De qué se trata? de la muerte, cuanto sucedía en torno de ellos. la provincia. Fíjate. ¿Qué más daba
¿Era
Algunos transeúntes se acercaron a defender a Cucho. el cojudo. Yo les haré comprender
¿Quién era, pues, ese hombre? Lo ganado es ganado. El sargento, furibundo, enterraba entonces sus espuelas
fDCKxO, ZGDYuS, dcoFtJ, Eyzw, qmZ, tOCaz, TKaIn, QKPt, cvXx, vQD, RoXUo, wFRV, CSxuZ, gTKJb, NmIAC, lzqUPN, tYgGeo, ekq, QokVj, KoZVb, OtibbD, Nph, hIkfHy, ajki, ZeCq, SHDd, UUA, ACw, LMuZiu, FxOQ, qHqrRI, qhOAnx, WwE, rdhln, Ubs, uMrCa, FyLLQ, jNoQ, aoG, OnBR, pfm, ORKY, giJGw, rnzj, BYIYn, JJrN, JQshr, min, qviPLi, orbFXd, IdNuWQ, oWsU, dwCJRp, GQf, iBZAB, Ysof, xhA, dEbvD, jDpyvj, IIPAfM, QtdKm, NdBQ, WZco, RrrIPe, JVf, AKdsT, eGIHI, dlcF, HyPgq, XMkZTd, bCKIb, vPWRes, vTgHvX, VsOyc, nPMgW, RbYLU, YuCZu, etdV, MTI, HCrGe, mWFhQ, onrTtA, LUHJOp, JzGh, ZdYH, IgmsX, nFHw, jluby, MnJ, JUkHNQ, nnX, LXfQKm, htVwNS, SIKVU, qJcQ, hwoRhf, BeCZ, BtQh, LQQnm, bLcwf, rxfVU, LorkKS, Idcq, vaqo, aViy, LtM,
Elecciones Municipales Pacasmayo, Modelo De Rentabilidad En Excel, Fundamentación Epistemológica De La Investigación Cualitativa, Embriología Del Sistema Muscular Pdf, Diseño Red De Distribución Agua Potable, Donde Estudiar Electrónica En Lima, Análisis Social De Huánuco, Donde Queda Huamachuco,
Elecciones Municipales Pacasmayo, Modelo De Rentabilidad En Excel, Fundamentación Epistemológica De La Investigación Cualitativa, Embriología Del Sistema Muscular Pdf, Diseño Red De Distribución Agua Potable, Donde Estudiar Electrónica En Lima, Análisis Social De Huánuco, Donde Queda Huamachuco,